Vilma Núñez de Escorcia es abogada y activista de los derechos humanos en Nicaragua, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.
Vilma Núñez de Escorcia es una de las mujeres fundadoras del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) y lo dirige desde 1990, dando voz a los más vulnerables. Desde su cargo de presidenta, ha sido una pieza clave en la movilización de la sociedad civil y en la defensa, promoción y protección de los Derechos Humanos en Nicaragua.
En la universidad, participó en las luchas estudiantiles contra la dictadura de Anastasio Somoza. Pertenece a la llamada “Generación del 23 de julio”, en recuerdo a las 4 víctimas mortales asesinadas por la Guardia Nacional en la ciudad nicaragüense de León en 1959. Se licenció en Derecho Penal y fue abogada defensora de gran cantidad de opositores al régimen de Somoza que, como su padre, Humberto Núñez -dirigente del Partido Conservador- fueron encarcelados. Vinculada inicialmente al Partido Conservador, apoyó a los campesinos que luchaban para que se les devolvieran sus tierras, defendiendo los derechos de las comunidades indígenas de Sutiava.
Su actividad al frente de la defensa de las víctimas de la dictadura y su vinculación al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) la llevarían a prisión en 1979. Durante 5 meses, sufrió torturas. Fue procesada por un tribunal militar por un presunto delito de tráfico de armas que jamás cometió, mientras el régimen negaba su detención.
Tras su liberación y el triunfo de la Revolución del 79, Vilma Núñez fue la primera mujer vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia. Asimismo, presidió la Comisión Centroamericana de Derechos Humanos, entre 1990 y 1994; perteneció a la Junta Directiva de la Organización Mundial contra la Tortura, de 1992 a 2000; coordinó el Grupo de Criminología Crítica Latinoamericana; fue Miembro del Consejo de Dirección de la Organización Mundial Contra la Tortura y Vicepresidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos.
Tras las protestas de abril de 2018 contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el CENIDH fue una de las organizaciones a las que se revocó su estatus legal. Más de 70 policías armados entraron en el Centro y algunas de las personas del equipo tuvieron que exiliarse. Además, en 2020, la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros les obligó a registrarse como agentes extranjeros. Una táctica ilegal, arbitraria y represiva que permitió la intervención de sus propiedades y activos y que Vilma, junto con decenas de otras organizaciones, está intentando impugnar en los tribunales por su inconstitucionalidad.
A sus 83 años, “Doña Vilma”, como la conocen en Nicaragua, es un referente en la defensa de las libertades y de los derechos humanos, por su experiencia, reputación y trayectoria. El tesón y la firmeza de Núñez le han permitido continuar visibilizando la realidad que están viviendo los nicaragüenses. La disolución forzada de las organizaciones civiles es una de las formas más evidentes de impedir la libertad de asociación y silenciar, así, a los que sufren la vulneración de los derechos fundamentales.
El 2021, tuvimos la oportunidad de conversar con ella y otras mujeres activistas nicaragüenses, con motivo del tercer aniversario de la Revolución de Abril de Nicaragua.
En 2023, fue elegida finalista del Premio Sajarov para la Libertad de Conciencia, el máximo homenaje rendido por la Unión Europea a la labor en el ámbito de los derechos humanos, junto al también nicaragüense Obispo Rolando Álvarez. En el transcurso de 2023, Ortega condenó a la muerte civil a 316 nicaragüenses al arrebatarles su nacionalidad; 231 fueron expulsados y más de 79 permanecen encarcelados por su oposición al régimen. Doña Vilma es una de las 316 personas que fueron privadas arbitrariamente de su nacionalidad. Pese a la represión, ni ella ni el Obispo Álvarez abandonaron Nicaragua. Este nombramiento al premio para ambos era más que merecido y ha sido posible gracias al trabajo y al activismo incansable de la sociedad civil.
Crédito de la foto: Daniel Cima, bajo una licencia CC BY 2.0.