- La eurodiputada Soraya Rodríguez ha participado en el 67º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU.
- Analizamos la situación de la brecha digital de género, las prioridades de la Unión y la situación de la educación digital en África.
Desde en grupo parlamentario Renew Europe y como miembro de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo (FEMM), la eurodiputada Soraya Rodríguez ha participado en 67º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW67). El tema prioritario para este 2023 es el cambio tecnológico y la educación en la era digital. La erradicación de la brecha digital de género es clave para avanzar en la igualdad.
En marzo de cada año, activistas, defensores, expertos y gobiernos de todo el mundo se congregan en la reunión anual de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. El CSW es una comisión orgánica del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), el principal órgano intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.
Las prioridades de la UE en materia de brecha digital de género en la CSW67
Como miembro de la comisión FEMM, Soraya Rodríguez ha destacado la importancia de que la Unión Europea tenga una sola voz en este evento clave para avanzar en la igualdad de género a nivel internacional. La CSW67 es un momento crucial para hacer balance del progreso tecnológico y garantizar que su rápido avance no deje a las mujeres y las niñas atrás. Según la eurodiputada, las prioridades de la Unión a este respecto deben ser:
Garantizar a las mujeres el acceso a la tecnología y asegurarles su empoderamiento económico y social. En los países en vías de desarrollo, ya hay 1.700 millones de mujeres que permanecen desconectadas. No podemos permitir que haya tantos millones de mujeres que se queden al margen de las oportunidades que ofrece el mercado laboral. Y para ello, es importante también que apliquemos un enfoque interseccional, que contemple las múltiples brechas y desigualdades estructurales a las que se enfrentan las mujeres que pertenecen a minorías, o las que viven en entornos rurales, donde el acceso a la tecnología y la innovación, en ocasiones, es prácticamente nulo.
Además, es crucial que se fomente la participación de las jóvenes en las carreras STEM (de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Actualmente, del total de estudiantes matriculados en carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, solo el 35% son mujeres. Esta infrarrepresentación de mujeres en sectores tecnológicos innovadores afecta negativamente al diseño y aplicación de nuevas tecnologías, ya que se traduce en el desarrollo de algoritmos con sesgo de género que perpetúan los estereotipos de género.
Otro tema crucial es incidir en la importancia de erradicar la ciberviolencia de género. Potenciar la educación y ayudar al desarrollo de competencias digitales para las mujeres es fundamental para prevenir este tipo de violencia. Es necesario apostar por una política de tolerancia cero hacia todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas en el entorno digital. Debemos seguir trabajando para que, tanto a nivel de la Unión -a través de la propuesta de directiva para combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica– como a nivel internacional, tipificar la violencia de género en línea como delito sea una prioridad .
Además, como se señaló en la resolución del Parlamento del 15 de febrero, debemos velar por un acceso universal y pleno a la información en línea sobre salud y derechos sexuales y reproductivos, incluido el derecho al aborto legal y seguro. Estas medidas deben ir de la mano de legislación sólida en relación a la protección de datos.
Acto paralelo Unión Europea y Unión Africana: remodelar las políticas del mañana para el empoderamiento de las mujeres
Como eurodiputada y presidenta de la Delegación para las Relaciones con el Parlamento Panafricano, Soraya Rodriguez ha intervenido en el acto paralelo co-organizado entre la Unión Europea y la Unión Africana “Cerrar la brecha digital de género y remodelar las políticas del mañana para el empoderamiento de las mujeres”. En su intervención, destacó que el acceso a la educación ha mejorado considerablemente a nivel mundial y, más concretamente, en lo que se refiere a la enseñanza primaria en África. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por delante en lo que se refiere a la educación secundaria y universitaria. La brecha de género en el acceso a la educación secundaria superior en África subsahariana es de alrededor del 20%, como por ejemplo en países como Chad y Guinea. Además, afirmó que debemos seguir colocando la educación en un lugar destacado en las agendas políticas para abordar las brechas sistémicas de género y enfocarnos en su dimensión en línea, con el aprendizaje en línea y la alfabetización digital como ejes centrales.
África subsahariana es la región del mundo con el mayor número de niños que no asisten a la escuela: 98 millones en 2022. Muchos de ellos son niñas, que también se ven obligadas a abandonar la escuela para casarse o apoyar económicamente a sus familias.
Estas desigualdades son más amplias cuando se habla de las estudiantes más vulnerables, que se enfrentan a varias capas de discriminación: debemos prestar especial atención a las mujeres y niñas que viven en conflictos y en la pobreza, que son algunas de las más vulnerables. Por ejemplo, en el Sahel central y en la cuenca del lago Chad, más de 11.000 escuelas están cerradas debido a conflictos o amenazas contra maestros y estudiantes. La mitad de la población de esta región es menor de 18 años, lo que da lugar a una preocupante disminución del acceso de estos niños y niñas a la educación. En el caso de las mujeres, esta situación aumenta la prevalencia de prácticas como el matrimonio infantil y el embarazo precoz. En África subsahariana el 34 % de las mujeres jóvenes se ven obligadas a casarse antes de cumplir los 18 años. Es nuestra responsabilidad trabajar a través de la asociación Unión Europea – Unión Africana para romper el ciclo de pobreza de millones de mujeres y niñas en África.
A diferencia de otras partes del mundo, la brecha digital de género está creciendo en África: solo el 19% de las mujeres africanas usaban Internet en 2020, en comparación con el 86% en el mundo desarrollado. Hay que tener en cuenta que África tiene la mayor población de jóvenes de todo el mundo. La pandemia de COVID-19 supuso un aliciente para aplicar la tecnología en la educación, pero esta transición debe acelerarse en el continente africano. Debido a los rápidos avances tecnológicos en todas las áreas de la vida y el trabajo, cada niña necesita ser digitalmente alfabetizada y estar conectada para desbloquear su acceso a un mundo de posibilidades.
Al tiempo que promovemos el aprendizaje digital con perspectiva de género, deberemos abordar factores como la asequibilidad o el acceso a la electricidad (por ejemplo, en África subsahariana solo el 22 % de las escuelas primarias tienen acceso a la electricidad). Estos son cambios estructurales que tomarán tiempo. Por lo tanto, los gobiernos y los encargados de formular políticas deben garantizar una financiación fiable y estable a largo plazo para los programas e iniciativas que marquen una diferencia para la educación de las mujeres y las niñas, incluidas las oportunidades en línea. Estas iniciativas pueden ir desde llevar Internet a las zonas rurales, escuelas y centros comunitarios hasta crear espacios en línea para que las mujeres se comuniquen.
Durante la sexta Cumbre UE-UA celebrada en febrero de 2022, se anunciaron inversiones África-Europa por valor de al menos 150.000 millones de euros en apoyo a los Objetivos para 2030 y a los de la Agenda 2063 de la Unión Africana. Es importante hacer un seguimiento de los ámbitos prioritarios del paquete educativo, que también incluye la educación y la formación profesional, garantizando su enfoque de género y la reducción de la brecha de género.