Alaa Bawaqneh es profesora y activista palestina. Nació y ha vivido siempre en el campo de refugiados de Yenín, donde dirige un equipo de fútbol base femenino.
Alaa Bawaqneh es una mujer palestina que nació y ha vivido toda su vida en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, fundado en 1953 en las tierras alquiladas por UNRWA al Gobierno de Jordania. Alaa es profesora y está preparando su tesis doctoral en Ciencias del Deporte, al tiempo que trabaja como monitora deportiva en un instituto, donde dirige un equipo de fútbol base femenino.
Actualmente, Bawaqneh colabora con MIFTAH, una organización civil creada en 1998 para fomentar los principios de la democracia y el diálogo activo y efectivo en Palestina. Junto a ellos, busca dar a conocer el día a día en un campo de refugiados y denunciar los crímenes cometidos por el ejército israelí en territorios palestinos ocupados.
A lo largo de su vida, Alaa ha sido testigo de numerosos bombardeos por parte del ejército de Israel, pero esos ataques nunca le tocaron tan de cerca hasta la madrugada del 19 de enero de 2023. Ese día las fuerzas de ocupación israelí entraron en Yenín. La profesora escuchó gritos y disparos y advirtió que había un hombre joven gravemente herido a los pies de su casa. El ejército israelí limitaba la entrada de ambulancias al campo de refugiados, por lo que son los propios civiles quienes asisten a los heridos. Así lo hicieron tanto Alaa como su padre, el también maestro Jawad Bawaqneh.
Aunque en ese momento no se estaba produciendo ningún enfrentamiento armado, los francotiradores israelíes siguieron disparando y alcanzaron al padre, que cayó al suelo y empezó a desangrarse. El ejército israelí, denuncia la profesora palestina, dispara a cualquiera que se ofreciera a prestar ayuda, incluso a civiles desarmados que intentan prestar primeros auxilios a un herido. Ella misma montó a su padre herido en el coche y lo llevó a un hospital cercano mientras el tiroteo continuaba. El ejército israelí tardó una hora en permitir ver al padre a cualquier familiar en el hospital. Falleció a causa de las dos heridas de bala. En cada hogar palestino hay alguna muestra de la brutalidad de la ocupación israelí, nos cuenta: “En todas hay una tragedia, un asesinado, un encarcelado o alguien que ha sido atacado, un mártir”, sentencia.
A través de historias como la de la profesora Alaa Bawaqneh, entendemos el sufrimiento real del pueblo palestino, bajo amenaza constante a causa de la ocupación israelí. Alaa y todas las mujeres palestinas son mujeres al frente de la dignidad, la resistencia y de la esperanza de todo un pueblo por el fin de la violencia. MIFATH aboga por un estado palestino soberano, independiente, democrático, tolerante e inclusivo, que garantice a los palestinos sus derechos básicos y goce de reconocimiento y respeto internacionales. Es tarea de todos que las historias y los sueños de las mujeres, niños y hombres palestinos no queden en el olvido.